El Gobierno ha introducido mediante enmienda la reforma que modifica la Ley de Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero (IGFEI).Con fecha de 9 de julio de 2022, se ha publicado en el BOE la disposición final primaria de la Ley 14/2022 de transparencia, que estipula la modificación del impuesto sobre los gases de efecto invernadero que entrará en vigor el próximo día 1 de septiembre.

España es uno de los pocos países de la Unión Europea con un impuesto especial sobre la emisión a la atmósfera de gases fluorados, utilizados como refrigerantes en este tipo de sistemas. Con el pretexto de simplificar la recaudación del impuesto, en vigor desde 2015, el IGF extenderá el gravamen a la fabricación o importación de equipos precargados y a la primera carga de refrigerante en instalaciones nuevas. Esta modificación afecta a todos los equipos de climatización que contengan gases fluorados, ya sean domésticos, comerciales o industriales, así como a los equipos de aerotermia, de volumen variable de refrigerante, enfriadoras… El impuesto grava la tendencia de los gases fluorados, siempre y cuando estos tengan un PCA (Poder de Calentamiento Atmosférico) superior a 150.
¿Qué es lo que cambia?
Hasta ahora, solo se gravaban las cargas adicionales de gas. A partir de septiembre se gravará el gas que ya contiene el equipo, como la primera carga en instalaciones nuevas. Además se eliminan ciertas figuras que antes estaban exentas del pago de este impuesto. Así pues eliminan la figura del revendedor (fabricantes, almacenistas, instaladores) que podían realizar la venta de estos gases sin gravar el impuesto, la exención que contaban las escuelas de formación para impartir sus cursos y la tarjeta CAF (Código de Actividad de los Gases Fluorados) pasará de ser usada solo por los almacenes, obligando a cientos de instaladores a pagar el impuesto en el momento de adquirir el gas, antes de su instalación.
Consecuencias
Dada la incorporación de estas nuevas tasas sobre máquinas con gases fluorados, el coste de los equipos se verá incrementado. Al verse obligado el fabricante a pagar el impuesto por el gas que contiene el equipo, lo normal es que repercuta al cliente final. La medida vendría a encarecer en torno a un 5% las nuevas instalaciones de refrigeración. Y esta no es la única consecuencia, ya que no sólo puede desincentivar la renovación de nuevos equipos, ya que hasta ahora solo estaba gravada la recarga, si no que puede llegar a fomentar el fraude y el mercado negro provocado por la esquivar esta tasa.
Fuente | caloryfrio.com