Europa y el mundo entero están viviendo una transformación crucial en la forma en que calentamos nuestros edificios. Con el objetivo de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y el Acuerdo de París, que busca mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales, la Unión Europea ha trazado una ambiciosa hoja de ruta para descarbonizar todos los sectores económicos. Uno de los sectores más importantes en esta lucha es el de los edificios y la forma en que se calientan durante los meses más fríos del año.

El Impacto Ambiental de la Calefacción
La calefacción en todo el mundo es responsable de la emisión de cuatro gigatoneladas de dióxido de carbono (CO₂) al año, lo que equivale al 10% del total de emisiones globales, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Por esta razón, las instituciones europeas llevaron a cabo una reforma el 14 de marzo, centrada en la eficiencia energética de los edificios, con el objetivo de promover la renovación y rehabilitación de viviendas, así como eliminar cualquier forma de calefacción que dependa de combustibles fósiles.
En esta nueva normativa, se establece la obligación de los países miembros de la Unión Europea de eliminar progresivamente las calderas de gas y diésel para el año 2035. Además, se plantea poner fin a las subvenciones destinadas a los calentadores que utilicen esta tecnología a partir de 2024. Este cambio de rumbo ha generado un intenso debate que involucra a diversos actores, desde la industria hasta los gobiernos, los ecologistas y la comunidad científica.
Las Alternativas sobre la Mesa: Bombas de Calor y Hidrógeno Verde
En este contexto de transformación energética, se han propuesto dos alternativas clave: las bombas de calor y el hidrógeno verde o renovable. Cada una de estas opciones tiene ventajas y desventajas que merecen una evaluación detallada.
Las Bombas de Calor: Eficiencia y Sostenibilidad
Las bombas de calor son sistemas que aprovechan la energía térmica presente en el aire o en el suelo para generar calor, eliminando la necesidad de quemar combustibles fósiles. Estos sistemas se destacan por su alta eficiencia energética, ya que pueden producir hasta tres veces más calor del que consumen en electricidad.
Ventajas de las Bombas de Calor
- Eficiencia Energética: Las bombas de calor son altamente eficientes, lo que se traduce en un significativo ahorro de energía en comparación con las calderas de gas.
- Sostenibilidad: Al aprovechar fuentes de energía renovable, como el aire o el suelo, las bombas de calor son respetuosas con el medio ambiente y contribuyen a la reducción de emisiones de carbono.
- Costos a Largo Plazo: A pesar de una inversión inicial mayor, las bombas de calor suelen resultar más económicas a lo largo del tiempo debido a su eficiencia y reducción en los costos de energía.
El Hidrógeno Verde: Una Opción Prometedora
El hidrógeno verde se produce a través de la electrólisis del agua utilizando energía renovable, y puede utilizarse como alternativa al gas natural en las calderas existentes, reduciendo considerablemente las emisiones de carbono.
Ventajas del Hidrógeno Verde
- Bajas Emisiones de Carbono: El hidrógeno verde no emite carbono cuando se quema, lo que lo convierte en una opción ecológica.
- Compatibilidad con Infraestructura Existente: Puede utilizarse en las calderas de gas existentes, facilitando la transición hacia una fuente de energía más limpia.
- Almacenamiento Energético: El hidrógeno verde también puede utilizarse para almacenar energía, lo que lo hace versátil para el futuro.
¿Cuál es la Mejor Opción?
La elección entre bombas de calor y hidrógeno verde depende de diversos factores, como la ubicación geográfica, la infraestructura existente y las preferencias individuales. En muchos casos, la combinación de ambas tecnologías puede ser la solución más eficiente y sostenible.
Es importante señalar que el hidrógeno no es una fuente de energía primaria, y su producción puede derivar del carbón, el petróleo o el gas natural mediante el reformado de metano con vapor de agua (SMR), que se asocia con un proceso contaminante identificado con el color gris. Por otro lado, el hidrógeno verde, que representa solo un 0,04% de la producción total de hidrógeno, se obtiene a partir de electricidad renovable y es producido mediante electrólisis, un proceso limpio que solo genera oxígeno como subproducto.
Argumentos en Contra del Hidrógeno Verde
Existen críticas fundamentadas respecto al uso del hidrógeno verde como fuente de calefacción. Algunos expertos, como David Cebon, profesor de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Cambridge, argumentan que la producción de hidrógeno es ineficiente y costosa. Cebon señala que se requieren seis veces más energía renovable para producir hidrógeno en comparación con las bombas de calor, lo que también conlleva un mayor uso de tierra, conexiones eléctricas y personal de mantenimiento.
En un análisis detallado, Cebon calcula que se necesitarían 149 GW de capacidad eólica terrestre instalada para producir la cantidad de hidrógeno verde requerida para calentar los edificios en España, mientras que las bombas de calor solo necesitarían 6,1 GW producidos a partir de 25,4 GW de capacidad instalada de energías renovables. Esto demuestra la notable eficiencia de las bombas de calor en comparación con el hidrógeno verde.
Estudios Independientes Refuerzan la Opción de las Bombas de Calor
Además de la opinión de expertos como Cebon, diversos estudios científicos independientes han respaldado la elección de las bombas de calor sobre el hidrógeno verde en términos de eficiencia y costos. Por ejemplo, un análisis realizado por el Regulatory Assistance Project (RAP) concluyó que en países como España, el uso de calderas de hidrógeno verde en viviendas unifamiliares en 2040 sería entre un 60% y un 120% más costoso que el uso de bombas de calor. En viviendas plurifamiliares, la diferencia de costos también sería significativa, oscilando entre un 50% y un 80% más costoso.
La Necesidad de Subsidios y Cambios en las Políticas Públicas
A pesar de las ventajas de las bombas de calor, se reconoce que estas son menos competitivas en términos de costos, instalación y disponibilidad en comparación con los sistemas de calefacción basados en combustibles fósiles. Por lo tanto, se requiere un cambio en las políticas públicas que fomente la información a los consumidores y oriente la inversión del mercado hacia esta tecnología.
Para lograr una transición exitosa hacia una calefacción más sostenible, se propone la necesidad de subsidios, especialmente para aquellos hogares que enfrentan costos iniciales más elevados al optar por sistemas de calefacción más limpios. Además, se debe considerar un reequilibrio en la estructura de impuestos que graven la electricidad, el gas y los combustibles para calefacción.
Conclusiones y el Camino a Seguir
La transformación de la calefacción en Europa y en todo el mundo es un desafío complejo y crucial en la lucha contra el cambio climático. La elección entre bombas de calor y hidrógeno verde es un tema que involucra no solo a la industria y los gobiernos, sino también a los consumidores y la sociedad en su conjunto.
Si bien el hidrógeno verde es una opción prometedora, su eficiencia, costos y la necesidad de una producción masiva de energía renovable plantean desafíos significativos. Por otro lado, las bombas de calor ofrecen una solución más eficiente y económica en el corto y mediano plazo, contribuyendo a la reducción de emisiones de carbono de manera efectiva.
En última instancia, la elección entre bombas de calor y hidrógeno verde dependerá de la situación específica de cada hogar y región. Sin embargo, es evidente que ambas tecnologías desempeñarán un papel importante en el camino hacia una calefacción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. La clave reside en adoptar políticas públicas adecuadas y proporcionar los incentivos necesarios para lograr una transición exitosa hacia un futuro más limpio y sostenible en la calefacción de nuestros edificios.
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